En el último tiempo al país ingresan menor cantidad de divisas de las que son necesarias para contener a un proceso de caída de la inversión y de fuga de capitales. Argentina no está generando los dólares necesarios para poder sostener un proceso de fuga de capitales y a su vez, la caída de la inversión.
Las medidas referentes al cepo cambiario son cada vez más duras y consiguen trabar la economía como nunca antes, ya que los controles están siendo muy estrictos.
Los controles que se hacen al comercio exterior y al mercado de cambios se producen porque la fragilidad de la caja en dólares es muchísimo mayor que lo que la gente en realidad cree.
Si bien las reservas brutas son de 45 mil millones de dólares en el Banco Central, las reservas netas son muy inferiores, dichos fondos son con los que se cuenta para alguna probable catástrofe, ya sea con corrida bancaria o cambiaria.
Esta situación se puede entender debido a la escasez de inversión que se necesita para mantener la actividad económica y también el consumo, si los precios llegaran a dispararse.
En consecuencia se establece un panorama de desbalance de cuenta corriente. En el mismo se satura la capacidad instalada y los empresarios prefieres importar antes que invertir, ya que se incentiva el consumo, pero a su vez, se castiga a la oferta.

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